Entrevista para Voluntarios: Fernando Peña

 

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Fernando Peña Osoro – Voluntariado en Ghana
Durante los meses de junio y julio de 2016, Fernando, enfermero de 22 años y estudiante de Máster en Urgencias Críticas Intrahospitalarias, ha trabajado como voluntario en el St Francis Xavier Hospital, en Ghana, a través de la Fundación Benito Menni.
¿Qué te motivó para trabajar como voluntario?
Mi tía ha estado siempre involucrada con ONG y me inculcó las ganas de hacer un voluntariado cuando era pequeño. Siempre he querido hacerlo, incluso cuando estaba en el colegio pero me aconsejaron que esperara a terminar la carrera y nada más acabarla me fui.
Al principio era un poco cabeza loca y quería irme donde fuera, pero luego pensé que comenzar en un hospital para aprender más sería una buena opción. Una compañera de la Universidad de Navarra, que también hizo el voluntariado, me recomendó Hermanas Hospitalarias e hicimos el voluntariado de preparación en una residencia de ancianos cerca de donde vivía yo.
¿Cuáles eran tus expectativas antes de hacer el voluntariado?
Uno siempre piensa en dar todo lo que tiene. Y aunque lo neguemos, ¡muchas veces se va con expectativas de ser un héroe! Pero también iba con la intención de aprender, sabía que ellos me iban a enseñar más de lo que yo sabía, ya fueran nuevas formas de realizar procedimientos, o culturalmente, porque a uno le cambia la manera de pensar.
¿Las sobrepasaste?
Sin duda, sí.
¿Algo que te sorprendiera?
Tenía la idea de que el sitio iba a ser muy pobre, más de lo que es. Pero al llegar vi que el hospital estaba muy bien y bien organizado. Los rangos entre el personal sanitario están muy diferenciados. Había estudiantes universitarios, y yo me sentía como un estudiante de máster, como un ayudante. Pero la gente quiere que te adaptes y no me costó.
También visité un mortuorio, no había visto ninguno antes en España, y la verdad es que fue muy impactante.
¿Qué tal con los compañeros y los pacientes?
El personal quiso que me integrara desde el primer momento y todos facilitaron la adaptación. Me enseñaban a hacer muchas cosas, y a mí me interesaba mucho conocer la diferencia entre trabajar en España y trabajar en Ghana, los procedimientos que se llevan a cabo, etc. Así que compartimos métodos y también amistad.
Los pacientes alucinaban un poco al verme, al ser un pueblo pequeño, los únicos blancos a los que han visto prácticamente son las hermanas. Me miraban, supongo que porque soy un chaval joven y pensaban: “¿Este de dónde ha salido?”
¿Qué destacarías de esta experiencia?
Es inimaginable lo que uno acaba aprendiendo. Me impresionó ver cómo pueden llegar a saber y a dominar ciertas situaciones tan bien. Tienen mucha capacidad de improvisación y superación y realmente a uno se le pega.
¿Harías otro voluntariado?
Sí. Me gustaría ir a otro sitio para conocer otras culturas, pero no me importa dónde con tal de aprender.

 

Entrevista para Voluntarios: Marta Monreal

 

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VOLUNTEERS’ INTERVIEW / ENTREVISTA PARA VOLUNTARIOS

Name / Nombre: Marta Monreal Otano
Nationality / Nacionalidad: española
Age / Edad: 21 años
Occupation / Profesión: enfermera
Centre where you volunteered / Centro donde has hecho el voluntariado: St. Francis Xavier Hospital en Assin Foso, Ghana en junio y julio de 2016.

1. What motivated you to volunteer? / ¿Cuáles fueron tus motivaciones para trabajar como voluntario?
Creo que la principal motivación de un voluntario debe ser ayudar al prójimo, poner tu grano de arena en este mundo que no podría seguir sin personas buenas que se preocupasen de hacer de él un lugar más digno.
Cuando era más joven, escuchaba a mi profesora de religión hablar de personas que se iban a los lugares más desfavorecidos para aportar sus mejores cualidades. Fue entonces cuando decidí que quería ser voluntaria, nacional y/o internacional. Porque soy consciente de que en mi propio país, España, también existe gente que necesita el tiempo y la ayuda de los demás para poder salir del agujero.
Mi segunda motivación era mejorar como persona. Quería un cambio interior, un cambio espiritual que me hiciese crecer y contemplar al ser humano con unos ojos cercanos a Dios. Por esta razón escogí irme con una organización religiosa. Las Hermanas Hospitalarias fueron en África mi mayor apoyo, mis amigas, mis confidentes, mi familia. Les estaré siempre agradecida por haberme dado la oportunidad de conocerlas a ellas y a su hospital.
2. What was your role while volunteering at…? / ¿Qué función desempeñaste como voluntario en…?
Mis funciones principales el tiempo que estuve en Assin Foso fueron las de Enfermera encargada de la sección de Neonatología en el área de Maternidad. Yo ayudaba en los partos y cuidaba de los recién nacidos hasta que se les daba el alta. Era un trabajo muy gratificante si ves que tus pequeños salen adelante y sobreviven a las adversidades: asfixia, prematuridad, infección… Pero muy doloroso cuando compruebas que tus esfuerzos son en vano y que esa pequeña criatura, a la que habías estado cuidando con tanto esfuerzo y cariño, fallece.
3. What were your expectations before you volunteered? / ¿Cuáles eran tus expectativas antes de hacer el voluntariado?
He de confesar que mis expectativas antes de acudir al voluntariado eran soñadoras. Yo pensaba que estaba preparada para lo que experimentaría allí pero no fue así. No te puedes preparar para las numerosas vivencias que acabarás experimentando, buenas o malas. Yo soñaba con salvar vidas, enseñar y aprender. Pero la gente muere, el material es insuficiente y establecer un vínculo de confianza con el equipo de enfermería y medicina es complicado al principio. Me hubiese gustado ayudar mucho más pero cuando ya fui útil y lograron conocerme debía regresar a mi país. A pesar de ello estoy orgullosa del trabajo que realicé y de todo lo que aprendí. Los dos meses que estuve en Ghana jamás se borrarán de mi memoria.
4. Were they fulfilled? / ¿Se cumplieron?
Mis expectativas realistas se cumplieron, por supuesto que sí. Siempre puedes ayudar si tienes la intención de aprender de los demás y dejar a un lado los prejuicios. Y eso fue, en definitiva, lo que más quería: echar una mano en el hospital a cualquier miembro que lo necesitara. Estoy segura de que era útil en el hospital, y los pacientes y el equipo agradecieron mi presencia en mayor o menor grado. Siempre que vayas con una sonrisa y el deseo de conocer otras maneras de tratar la misma condición, las personas de Ghana te recibirán con alegría.
5. Did you face any challenging situation – any challenges? / ¿Alguna situación difícil a la que te hayas enfrentado – algún reto?
Se me presentaron varios retos. En primer lugar, el sentimiento de soledad que puedes experimentar al encontrarte en un lugar tan distinto, sin tu familia y amigos, sintiendo que los necesitas más que nunca. Yo, por ejemplo, nunca había estado tanto tiempo sin mi familia. Estudié la carrera en mi ciudad natal, en la Universidad de Navarra, y no hice ningún tipo de intercambio o erasmus, por lo que no me conocía a mí misma en convivencia con otras personas que no fuesen de mi entorno. Además, en ese tipo de lugares no puedes ir a tomar una cerveza para despejarte o al cine a ver la última película que ha salido, solo tienes tu casita y el hospital. Si has tenido un día duro lo compartes con tus compañeros o las monjas, eso último hizo que entre ellas y mi compañero y yo se formase un vínculo muy estrecho de amistad y ayuda.
Por otra parte, la cultura. Tienen una forma de ser y pensar diferente. Y también puedes encontrarte con personas que rechazan al hombre blanco y eso te duele porque tú has ido para ayudar. Cuando ves que te ignoran y no responden a tus preguntas, que no te dejan trabajar ni tocar nada te sientes rechazada y eso te entristece y hace que te replantees la situación. Gracias a Dios, no se puede generalizar, porque todos no son iguales, y conocí a ghaneses muy agradables que hicieron mi estancia mejor y me ayudaron a aprender y participar. Yo estaba deseando conocer el papel de la enfermera de neonatología y gracias a ellos pude participar como tal. Realicé cuidados al prematuro; al recién-nacido sano y al enfermo; incluso llevé a cabo reanimación cardiopulmonar (RCP) yo sola. Al principio sientes miedo porque quieres que ese paciente salga adelante, y porque acabas de graduarte y nunca has llevado a cabo una RCP, pero eso no te debe bloquear sino que debe excitar tu cerebro para comenzar a actuar lo más rápido y efectivamente posible.
Por último, la muerte es el último de los retos a los que me he enfrentado. El trato que ellos le dan a la muerte es diferente al que le damos aquí. Allí la muerte y la enfermedad son habituales. Ellos intentan luchar contra ella pero con la mitad de recursos que puedes tener en España, Inglaterra, Francia… Además, hay madres, por ejemplo, que no lloran si su hijo recién nacido mure y tiene menos de ocho días de vida porque no lo consideran un ser humano. También es habitual que ahoguen a los niños que nacen con alguna deficiencia mental o física. Y, si no pueden pagar un parto hospitalizado, las mujeres parirán en casa, con todo lo que ello supone (infección, desangramiento, muerte…). Es complicado comprenderles, pero aprendes a saber el porqué de ciertas cosas, o por lo menos lo intentas. Como cristiana que soy, en ciertas ocasiones lo único que yo podía hacer era rezar a Dios por ellos, y seguiré haciéndolo.
6. What are the highlights of this experience? / ¿Qué destacarías de esta experiencia?
Yo destacaría el aprendizaje, no solo a nivel práctico, sino como persona. Interiormente hay algo que te despierta y remueve. Muchas veces tú no sabes qué es lo que cambia dentro de ti, pero notas que ya no eres la misma persona. Y no quieres dejar de crecer en bondad, sabiduría, empatía… valores imprescindibles que ya tenemos de por sí, pero que ciertas experiencias de la vida hacen que se desarrollen más allá.
7. Would you volunteer again? / ¿Harías otro voluntariado?
Yo intentaré hacerlo, de hecho. Me encantaría repetir el voluntariado, ya sea en Ghana o en otro lugar y poder seguir colaborando para intentar mejorar el bienestar de aquellos que más sufren y aprender de su modo de vida. Ojalá que en un futuro pueda continuar mi labor como voluntaria, aunque sé que si no la continúo en el extranjero, seguiré en España. El voluntariado en el propio país también puede ser llevado a cabo de muchas formas: puede ser en un hospital con enfermos, en un geriátrico con ancianos, dando clases de refuerzo gratuitas a gente con pocos recursos económicos, en un psiquiátrico con quienes se sienten solos, en la iglesia con la catequesis… incluso en tu propia familia, sacando más tiempo para estar con tus abuelos, padres, ayudándoles en los quehaceres del hogar. Siempre se puede ser voluntario, y debería ser algo obligatorio el poder sacar un poquito de nuestro tiempo para dedicárselo a otros sin nada más que el objetivo de ayudar.
8. Do you have any picture you would like to share with us? / ¿Tienes alguna foto que quieras compartir con nosotros?
Yes, I send you by e-mail.

 

Voluntariado en Ghana (Dompoase)

 

Cuanto más descubres, más amas la diferencia y el contraste de nuestro mundo.

Así podríamos resumir, en una frase nuestro voluntariado en Ghana (Dompoase). Si viajas y sientes, es cuando disfrutas de la experiencia, nosotros hemos intentado desde el primer momento exprimir la oportunidad de conocer un país tan distinto como el nuestro y eso ha hecho que lo disfrutáramos al máximo.

Lo bonito del voluntariado es que tienes la oportunidad de ver desde sus ojos el mundo y vivir, comer y hablar como ellos, conocer su cultura desde dentro y disfrutar de momentos maravillosos, que nunca podrías hacer sino fueras uno más.

No es fácil que te consideren uno más, pero eso depende de ti y de tu actitud, siempre serás el diferente si tú quieres serlo, o si quieres sentirlo así, pero lo más gratificante es que acabes tu viaje sintiendo que has intentado adaptarte y si lo has conseguido, aunque tan solo sea un poco, puedes sentirte muy afortunado. Pues nosotros nos sentimos así, hemos disfrutado de cada momento que nos ha dado esta experiencia.

La gente nos ha vuelto a enamorar, aunque hayamos vivido momentos duros, momentos de realidad en toda regla, esto solo nos ayuda a crecer y a seguir con esta misma causa, la de un mundo más justo, un mundo donde todos tengan oportunidades y donde no existan las grandes diferencias que hay actualmente.

Nosotros dos no cambiaremos el mundo, pero si pondremos diariamente nuestro granito de arena llevando el mensaje a la gente de nuestro alrededor y nuestra esperanza diaria, que algún día este mundo sea más justo y tolerante.

La vida escribe las mejores historias, con lo que hemos vivido y compartido ya hemos escrito libro entero. El título es: Ghana, un país que ama y quiere ser amado.

Denys y Marta

 

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Voluntariado en St. Francis Xabier Hospital, Ghana

 

….. Pararme a observar y pensar, si no lo miras como es preciso, no conseguirás nada.

El Voluntariado Internacional a través de la Fundación Benito Menni, que he realizado en Ghana en St. Francis Xabier Hospital durante mes y medio tengo que decir que no sé exactamente qué he aportado, me han aportado más ellos.

Aprendizaje, primeramente como enfermera. También sobre la vida de las hermanas. Y sobre la cultura y forma de ser de los ghaneses, con algunas dificultades de adaptación. Las actividades y tareas que realice han sido adecuadas a mis expectativas. Aunque en un principio me costó formar parte del equipo, nativo del hospital, tras unas semanas comencé a realizar sus mismos cuidados a los pacientes, pero al final me adapté y lo conseguí. Con las Hermanas, tal y como me imaginaba, genial de principio a fin, son maravillosas. Y con Fernando, el otro voluntario, ya éramos amigos desde hace cuatro años, y la convivencia no fue difícil.

Es difícil explicar qué ha significado la experiencia del voluntariado internacional para mí. Cuando pienso en él, lo primero que se me viene a la cabeza es repetirlo. Repetirlo porque aprendí a superar las dificultades, aprendí a convivir, aprendí a conocerme a mí misma y a conocer y respetar más a los demás. Sentí qué es ser diferente y cómo debes adaptarte. También me llevo un gran recuerdo por las maravillosas hermanas que hay allí, fueron como mi familia. En ellas pude desahogarme, confiar… me reía con ellas y también hablábamos sobre trivialidades. El voluntariado internacional te enseña en muchos aspectos. Tú, en principio, vas queriendo aportar tu granito de arena, pero al llegar allí lo primero que debes de hacer es parar y observar. No observar por uno o dos días sino observar de verdad porque ahí reside la clave, desde mi parecer. Debes mirar bien el nuevo entorno en el que estás, porque, aunque pienses que lo puedes dominar, si no lo miras como es preciso, no conseguirás nada. Eso es lo que a mí más me costó. Pararme a observar y pensar no es uno de mis fuertes, pero en este voluntariado creo que he aprendido un poquito más sobre ello.

Mi experiencia en sí es totalmente positiva y, cuando miro hacia atrás, viene la nostalgia de esos días que no sé si Dios me dará de nuevo la oportunidad de repetir. Pero, sinceramente, doy gracias por haber ido, a la Fundación Benito Menni y a las hermanas que me acogieron en Ghana.

Marta M.

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Voluntariado en Santiago de Chile

 

…. valorando aún más los pequeños detalles de la vida

Somos Antonia y Laura, a principios de septiembre nos embarcamos en una aventura sin saber lo que nos esperaba a Santiago de Chile.

Llegamos a nuestro destino el pasado día 2 de Septiembre, convivimos con 14 residentes. Nuestro lugar de desarrollo del voluntariado, fue el centro de día de Benito Menni, allí participaban 30 usuarios.

Fue una grata sorpresa, superando con creces todas nuestras expectativas, siendo una experiencia inolvidable e increíble en todos los sentidos, teniendo el lujo de convivir con los usuarios (chiquillos) y compartir con ellos el día a día.

Sinceramente, no teníamos ningún tipo de expectativa, íbamos con la mente totalmente abierta y con muchas ganas de colaborar y desarrollarnos en todos los aspectos. Ha sido un lujo el convivir con los usuarios en la residencia, formando parte de su día a día, comiendo juntos, saliendo con ellos, conversar… siendo parte de la familia que tenían creada.

El recibimiento y acogida por parte del personal, hermanas y colaboradores en general ha sido increíblemente bueno, nos hemos sentido integradas desde el primer momento; incluso los familiares de los residentes nos mostraron su cariño y agradecimiento por nuestra labor.

No pensábamos en disponer de día libre, nos introducimos en su entorno para ser unas más, sin embargo, fueron los mismos colaboradores los que nos ofrecieron la oportunidad de conocer y recorrer la ciudad y sus alrededores, para acercarnos más a su cultura y mostrarnos todas sus riquezas; dedicándonos su tiempo libre para acompañarnos, creando con ellos unos estrechos lazos de amistad y afecto que perdura aún hoy día.

Nos ha enriquecido tanto personal como profesionalmente, valorando aún más los pequeños detalles de la vida. Estaremos siempre en deuda con los colaboradores, por su hospitalidad y cariño hacia nosotras.

Agradecemos esta oportunidad.

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Voluntariado en Argentina

 

…… Gracias por brindarme la oportunidad de compartir esta experiencia de voluntariado internacional

Desde el primer momento y durante mi estancia como voluntario internacional en Argentina, me sentí muy a gusto, gracias a las muestras de cariño tanto de las hermanas como trabajadores, ancianos y familiares.

El tiempo trascurrido fue muy rápido, sin apenas tiempo para la reflexión. Cuando a uno le llena la labor que lleva a cabo, el sentimiento de satisfacción que le invade no se puede quedar dentro, se siente la necesidad imperiosa de darlo, compartirlo.

Afortunadamente dentro de nuestra comunidad hospitalaria en el mundo donde están las hermanas Hospitalarias, tenemos diferentes ámbitos de trabajo en los que tanto ellas como los que colaboramos con ellas, encontramos ocasiones de llevar a cabo nuestra misión hospitalaria trasmitiendo y compartiendo la “buena noticia“, la “sanación”, cada uno desde nuestra realidad, desde nuestro lugar, compartiendo los dones que Dios nos da allá donde se necesite, esta es nuestra misión, nuestra vocación.

Gracias por brindarme la oportunidad de compartir esta experiencia de voluntariado internacional. Muchas gracias.

Vicente

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Voluntariado en Mozambique (II)

 

…….Reflexionas en todas las cosas absurdas en las que te gastas el dinero y relativizas tus ambiciones.

Esta experiencia como Voluntaria Internacional a través de la Fundación Benito Menni, me ha acercado más a las necesidades de un país como Mozambique, a través del Centro de Rehabilitación Psicosocial de Mahotas de la Hermanas Hospitalarias.

La relación con los compañeros del centro ha sido magnifica en todo momento desde el primer día nos aceptaron como un compañero más, y nos ayudaron en todo lo que necesitábamos. Nos facilitaban el desarrollo de nuestras iniciativas. Las Hermanas nos cuidaron muchísimo y aprendimos de ellas.

No todos los días tienes en tus brazos a un niño que no come a diario y que tal vez no llegue a hacerse mayor. Piensas y reflexionas en todas las cosas absurdas en las que te gastas el dinero y relativizas tus ambiciones. Conocimos a un joven de 22 años Que nos decía que no era bueno a costumbrarse a comer a diario. Todas esas cosas Cambian tu vida para siempre.

Belén J.

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Voluntariado en Mozambique (I)

 

…..GRACIAS: “Me llevo mucho más de lo que he podido dejar allí”

Un mes después de haber vuelto de esta experiencia aún tengo la sensación de estar flotando en esa nube que se llama “Mozambique”.

En algunos momentos del día miro el reloj y pienso “ahora están en el momento del desayuno”, “ahora estarán en su tiempo libre”. “hoy es el día que comparten actividad con los adultos”.

Siento que no he desconectado del todo, pero no nos engañemos, creo que después de una experiencia de este calibre es complicado desconectar por completo.

La manera de acogerte tanto de las hermanas, como de los trabajadores, los niños, las familias…hacen mucho más llevaderos los primeros días de adaptación pero por contrapartida cuando llega el momento de la vuelta es tanto lo que te llevas de allí que te planteas: “¿por qué no habré alargado algunas semanas más esto?” “40 días ¿yaaa? Pero si parece que fue ayer cuando llegué”

Todo este cúmulo de sensaciones y sentimientos se debe al vínculo que son capaces de crear contigo desde que llegas, ese vínculo que es especial sólo porque son ellos: sin miedos, sin barreras, sin prejuicios, mostrándose tal y cómo son y ofreciéndote todo cuanto pueden y tienen.

Y por todo ello me siento una afortunada, afortunada porque me han permitido ser una más, por el crecimiento personal que me llevo y por haber visto y experimentado en primera persona esa sensación de felicidad plena, pura y absoluta que principalmente se refleja en las sonrisas de las “crianças”.

No puedo decir más que GRACIAS y repetir esa frase tan sonada y a la vez tan real de : “Me llevo mucho más de lo que he podido dejar allí”

Marta S.

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Voluntariado en Guinea Ecuatorial. Centro de Salud Angokong

 

…. dan gracias a la vida, son agradecidos dándote lo poco que tienen y saben valorar las cosas y lo más importante de todo: NO PIERDEN SU SONRISA.

Esta experiencia, me ha ayudado a crecer como persona, a pensar de manera diferente, a ver tus problemas de manera distinta a como los veías antes, a valorar lo que tenemos y a dar gracias por cada día que nos regala la vida.

Cuando era pequeña mi familia me preguntaba: ¿Qué quieres ser de mayor? Y yo siempre le respondía: Misionera. De siempre me ha gustado ayudar a los más necesitados y acompañar a los colectivos más desfavorecidos por la sociedad. Uno de mis sueños era ir algún día a un país en desarrollo y por fin después de 28 años lo he cumplido. Ha sido una experiencia única, para vivirla y sentirla. Es un cambio instantáneo, de la noche a la mañana, en el que te ves en un mundo diferente; olores nuevos, personas con un color diferente al tuyo, viviendas y espacios distintos, otros ruidos, sonidos y música y muchas sensaciones y percepciones nuevas. Un mundo con ideologías distintas, formas de pensar y de vivir diferentes y muchos cambios en la educación, sanidad, política, economía, etc.
Después de muchos papeleos y muchos nervios comenzó nuestra aventura. Los primeros momentos eran de incertidumbre, ¿Qué nos encontraremos?, de miedos, de nervios, pero solo encontrarnos con una Hermana que volvía de sus vacaciones en el aeropuerto todo cambió, nos quedamos más relajadas y empezó nuestro viaje.

Aprendizajes obtenidos durante la misma

• Conocimientos de una cultura diferente en cuanto a política, religión, comidas, ideales, educación, seguridad, equipamientos, etc.
• Te das cuenta que no se necesita tanto para ser feliz, con lo básico se puede vivir.
• Valorar lo que tenemos: Familia, amigos, cosas básicas como la luz, el agua, la comida, la ropa, etc.
• Crecimiento personal
• Convertir mis problemas en algo insignificante mirando hacia atrás y viendo que hay otras situaciones que sí son verdaderamente problemas.

He colaborado en

• Consulta de Pediatría
• Consulta de adultos y mujeres embarazadas
• Visita a enfermos
• Diferentes talleres: Durante las tardes realicemos talleres de lecto-escritura, pintura, ganchillo y pulseras con los niños del barrio. Fueron tardes muy emotivas, llenas de emociones y aprendizajes nuevos.

La relación con los trabajadores del centro ha sido en general buena. Son personas amables, sencillas y todas las dudas presentadas nos las han resuelto.

Mi principal objetivo era vivir esta experiencia y aportar mi granito de arena sin importarme el destino ni el trabajo a realizar. Lo único que pedí es que se hablase castellano, en el centro de salud en el que trabajábamos de lunes a viernes durante toda la mañana. También hemos alegrado las tardes de muchas personas que pasaban los días sin ver ni poder hablar con nadie, aportando nuestro cariño y fe en todo lo que hemos podido No he podido aportar conocimientos al ser un centro de salud pero sí he ofrecido lo mejor de mí, una sonrisa diaria, cariño y un trato humano.

La única dificultad que tuvimos fue que al llegar no había luz ni internet y no pudimos comunicarnos con nuestras familias hasta que no pasaron dos días. Aunque ya se lo advertimos antes de salir, son momentos un poco angustiosos, tú sabes que estás bien pero ellos que están tan lejos se preocupan al no saber si todo ha ido bien.

Ha sido un mes en el que hemos vivido muchas cosas positivas y negativas.
En cuanto a lo positivo: hemos conocido a gente espectacular, sencilla, humilde, amable y servicial. Hemos tenido la oportunidad de pasar días en las casas de algunos trabajadores, ver sus viviendas, conocer a sus familias e incluso de ir a la casa de una enferma mental que nos cogió mucho cariño y nos invitó. Hemos disfrutado de muchas tardes rodeadas de muchísimos niños encantadores de los que hemos aprendido infinidad de cosas. No se me olvidará una tarde mientras hacíamos pulseras el mensaje que me dio uno de ellos. Me estaba enseñando a hacer un tipo de pulsera bastante complicado y dije: “Esto es imposible de hacer” a lo que me contestó: “en esta vida no hay nada imposible Hermana, lo único que hay que hacer es dedicarle tiempo y paciencia y poco a poco te saldrá, hay que intentarlo hasta conseguirlo”.

Aunque es una experiencia muy bonita a la vez también es dura. Es muy difícil ver un país tan pobre, las condiciones en las que viven la mayoría de la población, ver que no tienen ni las necesidades más básicas cubiertas como el agua, la comida, la ropa…mientras que otros… que viven a su alrededor lo tienen todo, buenos coches, buenas casas y todo tipo de lujos. Se siente una gran impotencia al ver que hay tantas injusticias y tantas cosas que cambiar y que tú mismo no puedes hacer prácticamente nada, solo apoyar y ayudar a las personas que se nos cruzan por nuestro camino y a las que ves en ese momento, me causa dolor, saber que así hay millones y millones de personas con las que no te has cruzado y viven con la misma miseria que a los que hemos visto.
Pese a las condiciones en las que están ellos son felices, dan gracias a la vida, son agradecidos dándote lo poco que tienen y saben valorar las cosas y lo más importante de todo: NO PIERDEN SU SONRISA.

Mª Luisa S.

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Voluntariado en Cebú – Filipinas

 

“Un retorno a la simplicidad más gratificante….. Es poner a prueba tu capacidad de asombro, tolerancia y comprensión”

Aquel que haya estado en Filipinas, sabrá que allí todo es más divertido. No sólo porque así lo afirme su particular lema turístico, sino por su gente, encarnación de la hospitalidad en un rincón de Asia abundante en contrastes. Allá donde se encuentran riqueza y pobreza, y la urbe más desarrollada confluye en una naturaleza pacífica a la vez que salvaje.

Cuesta creer que hayan sido sólo cinco meses. Más parece haber sido una vida plena disfrutada a cada instante. Un tiempo en el que esas ilusiones por ayudar y aprender se transforman en un viaje por uno mismo a través de la gente que te rodea. Es poner a prueba tu capacidad de asombro, tolerancia y comprensión. Un retorno a la simplicidad más gratificante, al contacto con la comunidad y al calor de las sonrisas. Y sobre todo adaptación, ante lo bueno y lo malo.

Durante la época de preparativos del viaje traté de no generarme demasiadas expectativas en cuanto al centro o las tareas que fuera a realizar allí para evitar el posible desencanto o la aparición de sentimientos de frustración al encontrarme con la nueva realidad. Tan sólo esperaba poder sentirme a gusto en el lugar y con las personas con las que fuera a trabajar allí, y eso me permitiera disfrutar de la experiencia.

Mis primeras impresiones sobre el Centro fueron bastante buenas, ya que pensaba que la atención y los medios serían muy precarios, pero quedé gratamente sorprendida. No obstante, cabe destacar que, lamentablemente, esto supone una excepción en cuanto al panorama general del trato a la salud mental en Filipinas. Me alegré de poder trabajar en la oficina de psicología porque pensaba que sería la función en la que más podía aportar, y fue muy enriquecedor aprender sobre los procedimientos que se empleaban y ayudar a los usuarios desde esta perspectiva.

A la hora de adaptarme no tuve muchas dificultades. La gente fue muy amable y eso facilitó la adquisición de confianza. Uno de mis temores antes de partir era si encontraría problemas con la comida, pero afortunadamente lo llevé bien desde el primer momento y llegué a apreciar mucho algunos de los platos y alimentos de la cocina filipina.

También resultó interesante el hecho de ser la única voluntaria durante la primera mitad de la experiencia. Antes de partir pensaba que, aunque cabía la posibilidad de estar sola, habría otros voluntarios conviviendo allí, y no fue hasta llegar allí cuando supe que no tendría más compañía que la propia. No me supuso absoluto inconveniente ya que de hecho pude disfrutar de una experiencia más inmersiva totalmente de la mano de gente local, y aquello fue increíble.
En cuanto al trato con la gente, he de decir que no esperaba encontrarme con personas tan amables y acogedoras como son las filipinas. Desde las Hermanas, pasando por los trabajadores del Centro, a los usuarios y la gente que encontré durante mis viajes, la sonrisa y la cercanía difuminaban las diferencias entre ambos mundos. Disfruté mucho hablando con todo el mundo, compartiendo experiencias y aprendiendo de ellos. Algunas charlas con las Hermanas y los enfermeros han sido de los mejores momentos de este viaje
Durante estos cinco meses colaboré principalmente en la oficina de psicología del centro junto a sister Lorenza, la psicóloga del mismo. Mis tareas se centraban en el área de evaluación, realizando entrevistas, administrando e interpretando test y redactando informes de los casos. Semanalmente se dedicaba un día a realizar actividades de psicología con los usuarios, las cuales yo preparé y dinamicé en varias ocasiones.

Por mucho que nos esforcemos, en estos casos suele ser más lo que se recibe que lo que puede llegarse a dar, y el mío no fue una excepción. Encontrar una realidad diferente y llegar a sentirte parte de ella gracias a las personas que conoces es una suerte incalculable, y es por ello que agradezco profundamente haber podido disfrutar de esta experiencia junto a ellas.

Espero poder volver algún día y reencontrar esas sonrisas, charlas y canciones que tanto recordaré lejos de allí.

Laura G.

cebu.Filipinas