Entrevista para Voluntarios: Fernando Peña

 

Fernando

Fernando Peña Osoro – Voluntariado en Ghana
Durante los meses de junio y julio de 2016, Fernando, enfermero de 22 años y estudiante de Máster en Urgencias Críticas Intrahospitalarias, ha trabajado como voluntario en el St Francis Xavier Hospital, en Ghana, a través de la Fundación Benito Menni.
¿Qué te motivó para trabajar como voluntario?
Mi tía ha estado siempre involucrada con ONG y me inculcó las ganas de hacer un voluntariado cuando era pequeño. Siempre he querido hacerlo, incluso cuando estaba en el colegio pero me aconsejaron que esperara a terminar la carrera y nada más acabarla me fui.
Al principio era un poco cabeza loca y quería irme donde fuera, pero luego pensé que comenzar en un hospital para aprender más sería una buena opción. Una compañera de la Universidad de Navarra, que también hizo el voluntariado, me recomendó Hermanas Hospitalarias e hicimos el voluntariado de preparación en una residencia de ancianos cerca de donde vivía yo.
¿Cuáles eran tus expectativas antes de hacer el voluntariado?
Uno siempre piensa en dar todo lo que tiene. Y aunque lo neguemos, ¡muchas veces se va con expectativas de ser un héroe! Pero también iba con la intención de aprender, sabía que ellos me iban a enseñar más de lo que yo sabía, ya fueran nuevas formas de realizar procedimientos, o culturalmente, porque a uno le cambia la manera de pensar.
¿Las sobrepasaste?
Sin duda, sí.
¿Algo que te sorprendiera?
Tenía la idea de que el sitio iba a ser muy pobre, más de lo que es. Pero al llegar vi que el hospital estaba muy bien y bien organizado. Los rangos entre el personal sanitario están muy diferenciados. Había estudiantes universitarios, y yo me sentía como un estudiante de máster, como un ayudante. Pero la gente quiere que te adaptes y no me costó.
También visité un mortuorio, no había visto ninguno antes en España, y la verdad es que fue muy impactante.
¿Qué tal con los compañeros y los pacientes?
El personal quiso que me integrara desde el primer momento y todos facilitaron la adaptación. Me enseñaban a hacer muchas cosas, y a mí me interesaba mucho conocer la diferencia entre trabajar en España y trabajar en Ghana, los procedimientos que se llevan a cabo, etc. Así que compartimos métodos y también amistad.
Los pacientes alucinaban un poco al verme, al ser un pueblo pequeño, los únicos blancos a los que han visto prácticamente son las hermanas. Me miraban, supongo que porque soy un chaval joven y pensaban: “¿Este de dónde ha salido?”
¿Qué destacarías de esta experiencia?
Es inimaginable lo que uno acaba aprendiendo. Me impresionó ver cómo pueden llegar a saber y a dominar ciertas situaciones tan bien. Tienen mucha capacidad de improvisación y superación y realmente a uno se le pega.
¿Harías otro voluntariado?
Sí. Me gustaría ir a otro sitio para conocer otras culturas, pero no me importa dónde con tal de aprender.