Voluntariado en St. Francis Xabier Hospital, Ghana

 

….. Pararme a observar y pensar, si no lo miras como es preciso, no conseguirás nada.

El Voluntariado Internacional a través de la Fundación Benito Menni, que he realizado en Ghana en St. Francis Xabier Hospital durante mes y medio tengo que decir que no sé exactamente qué he aportado, me han aportado más ellos.

Aprendizaje, primeramente como enfermera. También sobre la vida de las hermanas. Y sobre la cultura y forma de ser de los ghaneses, con algunas dificultades de adaptación. Las actividades y tareas que realice han sido adecuadas a mis expectativas. Aunque en un principio me costó formar parte del equipo, nativo del hospital, tras unas semanas comencé a realizar sus mismos cuidados a los pacientes, pero al final me adapté y lo conseguí. Con las Hermanas, tal y como me imaginaba, genial de principio a fin, son maravillosas. Y con Fernando, el otro voluntario, ya éramos amigos desde hace cuatro años, y la convivencia no fue difícil.

Es difícil explicar qué ha significado la experiencia del voluntariado internacional para mí. Cuando pienso en él, lo primero que se me viene a la cabeza es repetirlo. Repetirlo porque aprendí a superar las dificultades, aprendí a convivir, aprendí a conocerme a mí misma y a conocer y respetar más a los demás. Sentí qué es ser diferente y cómo debes adaptarte. También me llevo un gran recuerdo por las maravillosas hermanas que hay allí, fueron como mi familia. En ellas pude desahogarme, confiar… me reía con ellas y también hablábamos sobre trivialidades. El voluntariado internacional te enseña en muchos aspectos. Tú, en principio, vas queriendo aportar tu granito de arena, pero al llegar allí lo primero que debes de hacer es parar y observar. No observar por uno o dos días sino observar de verdad porque ahí reside la clave, desde mi parecer. Debes mirar bien el nuevo entorno en el que estás, porque, aunque pienses que lo puedes dominar, si no lo miras como es preciso, no conseguirás nada. Eso es lo que a mí más me costó. Pararme a observar y pensar no es uno de mis fuertes, pero en este voluntariado creo que he aprendido un poquito más sobre ello.

Mi experiencia en sí es totalmente positiva y, cuando miro hacia atrás, viene la nostalgia de esos días que no sé si Dios me dará de nuevo la oportunidad de repetir. Pero, sinceramente, doy gracias por haber ido, a la Fundación Benito Menni y a las hermanas que me acogieron en Ghana.

Marta M.

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