Voluntariado en Guinea Ecuatorial. Centro de Salud Angokong

 

…. dan gracias a la vida, son agradecidos dándote lo poco que tienen y saben valorar las cosas y lo más importante de todo: NO PIERDEN SU SONRISA.

Esta experiencia, me ha ayudado a crecer como persona, a pensar de manera diferente, a ver tus problemas de manera distinta a como los veías antes, a valorar lo que tenemos y a dar gracias por cada día que nos regala la vida.

Cuando era pequeña mi familia me preguntaba: ¿Qué quieres ser de mayor? Y yo siempre le respondía: Misionera. De siempre me ha gustado ayudar a los más necesitados y acompañar a los colectivos más desfavorecidos por la sociedad. Uno de mis sueños era ir algún día a un país en desarrollo y por fin después de 28 años lo he cumplido. Ha sido una experiencia única, para vivirla y sentirla. Es un cambio instantáneo, de la noche a la mañana, en el que te ves en un mundo diferente; olores nuevos, personas con un color diferente al tuyo, viviendas y espacios distintos, otros ruidos, sonidos y música y muchas sensaciones y percepciones nuevas. Un mundo con ideologías distintas, formas de pensar y de vivir diferentes y muchos cambios en la educación, sanidad, política, economía, etc.
Después de muchos papeleos y muchos nervios comenzó nuestra aventura. Los primeros momentos eran de incertidumbre, ¿Qué nos encontraremos?, de miedos, de nervios, pero solo encontrarnos con una Hermana que volvía de sus vacaciones en el aeropuerto todo cambió, nos quedamos más relajadas y empezó nuestro viaje.

Aprendizajes obtenidos durante la misma

• Conocimientos de una cultura diferente en cuanto a política, religión, comidas, ideales, educación, seguridad, equipamientos, etc.
• Te das cuenta que no se necesita tanto para ser feliz, con lo básico se puede vivir.
• Valorar lo que tenemos: Familia, amigos, cosas básicas como la luz, el agua, la comida, la ropa, etc.
• Crecimiento personal
• Convertir mis problemas en algo insignificante mirando hacia atrás y viendo que hay otras situaciones que sí son verdaderamente problemas.

He colaborado en

• Consulta de Pediatría
• Consulta de adultos y mujeres embarazadas
• Visita a enfermos
• Diferentes talleres: Durante las tardes realicemos talleres de lecto-escritura, pintura, ganchillo y pulseras con los niños del barrio. Fueron tardes muy emotivas, llenas de emociones y aprendizajes nuevos.

La relación con los trabajadores del centro ha sido en general buena. Son personas amables, sencillas y todas las dudas presentadas nos las han resuelto.

Mi principal objetivo era vivir esta experiencia y aportar mi granito de arena sin importarme el destino ni el trabajo a realizar. Lo único que pedí es que se hablase castellano, en el centro de salud en el que trabajábamos de lunes a viernes durante toda la mañana. También hemos alegrado las tardes de muchas personas que pasaban los días sin ver ni poder hablar con nadie, aportando nuestro cariño y fe en todo lo que hemos podido No he podido aportar conocimientos al ser un centro de salud pero sí he ofrecido lo mejor de mí, una sonrisa diaria, cariño y un trato humano.

La única dificultad que tuvimos fue que al llegar no había luz ni internet y no pudimos comunicarnos con nuestras familias hasta que no pasaron dos días. Aunque ya se lo advertimos antes de salir, son momentos un poco angustiosos, tú sabes que estás bien pero ellos que están tan lejos se preocupan al no saber si todo ha ido bien.

Ha sido un mes en el que hemos vivido muchas cosas positivas y negativas.
En cuanto a lo positivo: hemos conocido a gente espectacular, sencilla, humilde, amable y servicial. Hemos tenido la oportunidad de pasar días en las casas de algunos trabajadores, ver sus viviendas, conocer a sus familias e incluso de ir a la casa de una enferma mental que nos cogió mucho cariño y nos invitó. Hemos disfrutado de muchas tardes rodeadas de muchísimos niños encantadores de los que hemos aprendido infinidad de cosas. No se me olvidará una tarde mientras hacíamos pulseras el mensaje que me dio uno de ellos. Me estaba enseñando a hacer un tipo de pulsera bastante complicado y dije: “Esto es imposible de hacer” a lo que me contestó: “en esta vida no hay nada imposible Hermana, lo único que hay que hacer es dedicarle tiempo y paciencia y poco a poco te saldrá, hay que intentarlo hasta conseguirlo”.

Aunque es una experiencia muy bonita a la vez también es dura. Es muy difícil ver un país tan pobre, las condiciones en las que viven la mayoría de la población, ver que no tienen ni las necesidades más básicas cubiertas como el agua, la comida, la ropa…mientras que otros… que viven a su alrededor lo tienen todo, buenos coches, buenas casas y todo tipo de lujos. Se siente una gran impotencia al ver que hay tantas injusticias y tantas cosas que cambiar y que tú mismo no puedes hacer prácticamente nada, solo apoyar y ayudar a las personas que se nos cruzan por nuestro camino y a las que ves en ese momento, me causa dolor, saber que así hay millones y millones de personas con las que no te has cruzado y viven con la misma miseria que a los que hemos visto.
Pese a las condiciones en las que están ellos son felices, dan gracias a la vida, son agradecidos dándote lo poco que tienen y saben valorar las cosas y lo más importante de todo: NO PIERDEN SU SONRISA.

Mª Luisa S.

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