Fe sin Fronteras

El paraguas espiritual que la Agenda 2030 necesita

La Fundación Benito Menni y Hermanas Hospitalarias presentes en el evento Fe sin Fronteras del Foro Político de Alto Nivel de la ONU

 

REDES y Justice Coalition of Religious organizaron ayer un coloquio dentro del programa oficial del Foro Político de Alto Nivel de ONU. Fe Sin Fronteras significó un impulso a las alianzas entre las congregaciones religiosas, las administraciones encargadas de Cooperación Internacional y las entidades de la sociedad civil que monitorean el avance de la Agenda 2030.

El encuentro, celebrado on line, contó con más de 130 participantes de muy diversas geografías y se pudo seguir en francés, inglés y español. Se inició con las intervenciones de S.E. Miguel Á. Moratinos, Alto representante de la Alianza de Civilizaciones de ONU, Andrés R. Amayuelas, representante de Futuro en Común y Sor A. Smerilli, Subsecretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. En la segunda parte representantes de 4 comunidades locales presentaron sendos proyectos de desarrollo para destacar cómo la alianza entre congregaciones y administraciones contribuye al avance de la Agenda 2030. Estos proyectos se centraban en el ODS 10, reducción de la desigualdad, vinculándolo especialmente con algunos otros, como los ODS 2, 3, 4, 12 y 13.

Marta Iglesias, presidenta de nuestra entidad socia Asociación para la Solidaridad, vinculada a la familia Redentorista, introdujo el coloquio destacando la trayectoria que REDES y JCoR desarrollan para visibilizar a las comunidades excluidas y contribuir a su desarrollo humano integral.

Fue revelador escuchar a Miguel Ángel Moratinos sobre la importancia de las encíclicas Laudato Sí y, sobre todo Fratelli Tutti, que no ha despertado tanta aceptación como la primera, ya que toca directamente las contradicciones de nuestra sociedad, porque „va al centro de lo que falta para aplicar la Agenda 2030“, y plantea los desafíos que tenemos para recuperar la dignidad humana. Moratinos, directamente, nos animó a difundir Fratelli Tuitti por todos los medios, como contribución para construir la «arquitectura ético espiritual“ o «paraguas espiritual“ que la Agenda 2030, que va muy retrasada, precisa. Igualmente, advirtió la necesidad de acoger la Agenda 2030 completa, sin privilegiar unas u otras metas, en consonancia con la invitación de Francisco a escuchar el grito de los pobres y el grito del planeta.

Sor Alessandra Smerilli manifestó cómo la crisis global es una oportunidad de preparar algo nuevo. La pandemia no hace más que denunciar las «raíces rotas“ de nuestro sistema basado en el consumo exacerbado y la depredación de los recursos. La comisión COVID del Vaticano, en la que ella participa, es una respuesta para mirar y reflexionar desde los distintos ángulos de esta crisis para poder proponer alternativas. Y los 7 Objetivos Laudato Sí, impulsados por la Plataforma de Acción Laudato Sí, son una respuesta concreta para que todas las instituciones nos convirtamos/transformemos.

Andrés R. Amayuelas comenzó su intervención desglosando los diversos referentes eclesiales que marcaron su inclinación al compromiso por la solidaridad, empezando por el asesinato de los jesuitas de El Salvador en 1989, y le ayudaron a comprender vitalmente la opción preferencial por los pobres. En el avance de la Agenda 2030 no se puede prescindir, señalaba, de las religiones, siendo necesaria la «polinización cruzada“ desde los diversos sectores sociales para fortalecer el camino, lo que representa la alianza Futuro en Común a la que Amayuelas representaba ayer. De las entidades eclesiales remarcó su capacidad de trabajar y generar alianzas, como las que impulsaron en España la campaña Sin Duda, Sin Deuda hace más de 15 años. Y ante la compleja crisis global que padecemos, nos invitó a sostener la militancia, junto al resto de la sociedad civil.

En la segunda parte del encuentro, Sor Patricia Murray-IBVM, secretaria de la Unión Intenacional de Superioras Generales presentó la muestra de 4 experiencias de desarrollo que reflejan la colaboración entre las congregaciones y los organismos de cooperación. Se destacó que la Cooperación descentralizada en España permite que las administraciones regionales y locales participen directamente en los procesos de desarrollo de las comunidades. Es el caso del proyecto de las Estaciones de Bienestar, impulsado por Arcores-Agustinos Recoletos en Filipinas con apoyo del Ayuntamiento de Valladolid. El proyecto de los Salesianos en apoyo de la digitalización educativa en Haití nos conectó a la convulsa situación de este enclave, remarcando como las congregaciones están presentes en las zonas más conflictivas, antes, durante y después de las emergencias. Desde Mahotas (Mozambique), la hermana hospitalaria S. Alfonso nos mostró cómo las personas con problemas de salud mental pueden conseguir revincularse en la sociedad, gracias al proyecto llevado a cabo con la Fundación Benito Menni con el apoyo de la AECID. Esta segunda parte se cerró con la presentación del hermoso proyecto Sure we Can de las Hermanas de la Comunidad Cristiana en Nueva York, en el que el reciclaje de residuos sirve como actividad productiva para personas exlcuidas además de contribuir a la educación ambiental a través de huertos urbanos.

Este evento de REDES significa el primer fruto de la colaboración con JCoR y otras alianzas de congregaciones que trabajan activamente en la incidencia política en las estructuras internacionales de Naciones Unidas, a través del Consejo Económico y Social, ECOSOC.

Puede ver el vídeo completo del evento clicando en la imagen de más abajo:

Fe sin Fronteras