…cada día aprendes algo nuevo que te hace crecer como persona

fbm7Recuerdo el día en que partí hacia Mozambique como si fuese ayer, los nervios estaban a flor de piel, y las ganas de llegar a mi destino aumentaban por momentos. Jamás imaginé lo intenso que podría llegar a ser vivir esta experiencia, donde no hay un día que sea igual a otro, donde las sonrisas es la expresión que domina el ambiente por excelencia.
El ser voluntario, poder ayudar a los demás, ofrecer mi apoyo y cariño, acompañar, conocer una cultura totalmente diferente e integrarme en ella como si fuese una más, sin importar el color de piel, idioma, aspecto, ha sido para mí una experiencia única, a la que doy gracias por todas las cosas que me ha hecho aprender.
Durante mi estancia en el centro, he tenido la suerte de poder estar tanto en el centro de adultos como con los niños. Con los adultos, he podido acercarme a ellos, conocer la cultura y costumbres e involucrarme en sus vidas, conociendo los problemas de primera mano, dándome cuenta de la burbuja en la que vivimos en el primer mundo. Cuando estaba con los niños, eran regalos de cariño a todas horas, las miradas, las sonrisas estaban presentes siempre pese a las dificultades de estos.
Ha sido para mí una experiencia que ha marcado un antes y un después en mi vida, me ha hecho crecer como persona, he adquirido una serie de valores que de no  haber realizado el voluntariado, jamás tendría, y me ha hecho aprender un sinfín de cosas. Por otra parte, el estar lejos de mis familiares y seres queridos me ha ayudado a valorar más las cosas que tengo.

Por último, quiero dar las gracias a todas las personas que han hecho posible todo esto, la fundación Benito menni, las hermanas de Mahotas, y todas las personas que han formado parte de esta experiencia.
Solo me queda decir; KHANIMAMBO!!
Ester Paulorena.

Siempre es un regalo poder vivir una experiencia de voluntariado internacional…

cebu3De las labores realizadas creo que las clases de educación para la salud han sido las que más han podido aportar al conocimiento tanto de profesionales como pacientes del centro. Personalmente, esta experiencia también me ha permitido formarme más como enfermera de salud mental en lo que respecta a mi recién estrenado futuro profesional.
Sin duda las experiencias de voluntariado internacional te aportan algo imprescindible. Te hacen más inconformista, más atento a las necesidades del “hermano” que tanto nos necesita, y sobre todo, más agradecido a la VIDA. A su vez, también te da la oportunidad de conocer el mundo, con su gente y cultura diferente a la tuya. 
Por tanto, para mí siempre es un regalo poder vivir una experiencia de voluntariado internacional. CEBU ( FILIPINAS) 

Beatriz

Mi experiencia en Cebú (Filipinas)

cebu1Resumiendo la experiencia vivida en pocas palabras sería crecimiento y conocimiento. Cada una de estas palabras refleja lo que ha sido para mí esta maravillosa experiencia, al igual que dura en muchos momentos. Ver la realidad de otra cultura, conocer a su gente y ver cómo viven e incluso participar de esa vida no tiene precio.

Al final sin darte cuenta, al llegar de nuevo a España, ya no eres la misma persona que te fuiste, eres distinta. El ver, vivir, tantas situaciones reales de la vida cotidiana de otras personas no deja indiferente a uno mismo.

Es una experiencia que te enriquece y llena por dentro mucho más de lo que había podido imaginarme, a pesar de haber tenido la inmensa suerte de poder haber repetido una experiencia de voluntariado internacional desde la Fundación Benito Menni, cada una de ellas te llevas momentos y situaciones que siempre estarán en mi corazón. De vez en cuando, la vida es capaz de sorprendernos.

Recomiendo esta experiencia sin lugar a dudas, el voluntariado ayuda a uno mismo a auto-realizarse como persona, porque en esta vida no hay mayor satisfacción que la de sentirse uno mismo útil.

“La vida nunca dejará de enseñarte mientras tú quieras seguir aprendiendo”

Leyre

Imaginarlo es impensable, saborearlo ha sido una de las experiencias más bonitas. (Experiencia en Maputo) (Mozambique):

fbm2Después de casi dos semanas de mi llegada, todavía me emociono al recordar todo lo vivido y aprendido allí en estas cinco semanas, donde realmente se ha marcado un antes y un después en mi vida, en todos los sentidos.
Mi experiencia ha sido corta pero muy intensa, he trabajado como voluntaria con las hermanas hospitalarias de Mahotas en Maputo-Mozambique.
En el hospital me he involucrado más con los niños discapacitados, donde es sorprendente la manera en la que te miran y te regalan sonrisas diarias que saben a gloria, y que sin decirte nada, te expresen tanto…
He aprendido mucho, sobre todo a valorar lo que realmente es un problema y lo que no, que un gesto bonito como puede ser una sonrisa o un abrazo, traspasan fronteras y continentes dando igual el idioma que hables; Lo poco que cuesta ser positivo y ser feliz, que no necesitamos más que lo justo para vivir. Y podría seguir con un largo etcétera.
Pero de toda mi experiencia, lo más sorprendente es que me fui allí con todas mis ganas de ayudar en todo lo que pudiese, de aportar lo mejor de mí en todo momento,  de dar muchísimo amor y cariño a todos, y he vuelto con la sensación de haber recibido muchísimo más de lo que he dado, de haber aprendido más de lo que me podía imaginar, de haber ganado en valores, de haber crecido muchísimo como persona y sobretodo me han enseñado que a pesar de todo, no hay que dejar de sonreírle a la vida.
Por último agradecer a todos por darme la oportunidad de hacer realidad mi sueño y de sentirme plenamente feliz; tanto a la Fundación Benito Menni, a la Congregación  y a las hermanas, en especial a las hermanas hospitalarias de Mahotas, por hacerme sentir como en casa, y por todos los cuidados y atención recibida, espero volver a veros pronto.
KHANIMAMBO a todo y a todos los que han formado parte de esta bonita historia.
Patricia L.

Experiencia de Voluntariado en Maputo (Mozambique) durante un mes del 2015

Lara 2Los niños de Mahotas en Mozambique tienen la capacidad de multiplicar el valor de las cosas y logran, cada día, que todo a su alrededor se convierta en amor. La idea de que algún día el mundo se nos mostrará transparente y que lograremos dar explicación para casi todo, nos ayuda a sobrevivir a muchas tragedias cotidianas. Tragedias como las de los niños de Mahotas en Mozambique a los que la Naturaleza o la mala suerte les truncó su vida. 

Sin embargo, sólo ellos, tienen la capacidad de multiplicar el valor de las cosas. Son auténticos alquimistas de lo que para el resto es banal. Sus sonrisas son las más hermosas del mundo y al escuchar sus risas uno siente unas ganas irrefrenables de volver a escucharlas. En ocasiones les ves tan relajados y serenos que logran que el mundo se libre de sus rencillas y sólo deseas, con todas tus fuerzas, que ese momento se haga eterno. Convierten a sus padres en héroes dotados de libertad porque han asumido lo que para muchos sería inimaginable.

A sus jóvenes hermanos en guerreros incansables capaces de dar su vida por ellos, de llevarles a la espalda porque su peso es insignificante a comparación de todo el amor que sienten. Sólo ellos, y en apenas unos instantes, son capaces de cambiar el escenario, un escenario que a primera vista puede resultar hostil.

Aún recuerdo la sensación de injusticia y rabia que me invadía cuando llegué, no lograba entender nada. Actualmente tampoco lo entiendo y desearía que nada de esto pasase pero puedo decir que los niños de Mahotas no andarán ni hablarán, pero logran cada día, que todo a su alrededor se convierta en amor. Tan sólo eso.

Lara

Experiencia en Mozambique. Un lugar donde el diferente fui yo

Gonzalo 2

Un lugar donde el diferente fui yo.

Los medios no son lo más importante, sino la voluntadad de querer cambiar las cosas con los medios que se disponen.

El voluntariado que realicé era algo que llevaba en mi cabeza más de diez años, estuve a punto de hacer uno en el 2008, pero por motivos laborales lo cancelé, pero la idea continuó en mi cabeza.

El viaje lo fui preparando con tiempo, pero una vez ahí pude ver de primera mano todo lo que pasa en un país y continente completamente diferente al que vivimos, un lugar donde el diferente fui yo. La experiencia ha resultado muy buena desde muchos puntos de visto, ha conocido a gente muy entregada y trabajadora, con los medios que tiene hacen cosas extraordinarias, y a unos usuarios muy agradecidos por lo que reciben.

Trabajo en el ámbito de la salud mental, y poder ver como se trabaja en un país diferente y con unos medios escasos, me ha hecho reflexionar: en muchas situaciones los medios no son lo más importante, sino la voluntadad de querer cambiar las cosas con los medios que se disponen, y con esto se puede hacer mucho.

Por último decir, que este fue mi primer paso, mi primera experiencia, y no será la última.

Gonzalo

Experiencia de voluntariado internacional en Ecuador

edificioEsta es nuestra vivencia, la de dos españolas que tienen una inquietud interna y que gracias a la Fundación Benito Menni de las Hermanas Hospitalarias fue posible llevar a cabo el voluntariado Internacional en Quito, Ecuador.
Estábamos muy ilusionadas por conocer otra forma de trabajo, a la par que poder ayudar en lo que fuera necesario. Afortunadamente ese sentimiento fue recíproco ya que desde el principio percibimos el calor y la hospitalidad de todos los profesionales del centro, desde la dirección hasta el personal asistencial y administrativo. Esta situación favoreción que nos adaptásemos con mayor facilidad a una cultura desconocida para nosotras. 
Ha sido una experiencia muy positiva. En cuanto al ámbito laboral la confianza que han depositado en nosotras las personas responsables, ha hecho que desarrollemos al máximo nuestras capacidades y conocimientos, dándonos la oportunidad de integrarnos y participar activamente en el cuidado de las diferentes unidades del Instituto. Pero esta adaptación no ha sido fácil, puesto que el “choque cultural” supuso una limitación en nuestra labor diaria durante los primeros días. Por tanto, decidimos observar, aprender las costumbres, la organización y el modo de trabajo para ser más eficaces y contribuir adecuadamente en el desarrollo de los valores de la Institución.
En lo relativo a lo personal, creemos que ha sido mayor el aprendizaje que la aportación que hemos ofrecido. Ha sido un ejercicio de desarrollo de habilidades sociales por diferentes motivos. En primer lugar la forma de comunicación entre los miembros del equipo y la relación profesional-paciente que dista de la conocida por nosotras. Otro aspecto que nos ha llamado la atención es el exceso de labor administrativa del trabajador, dejando en un segundo plano una mayor dedicación de las necesidades del paciente.
Para finalizar, queremos agradecer a todos y cada uno de los profesionales del Instituto el apoyo que nos han prestado durante nuestra estancia. Por un lado al equipo de cocina por darnos a conocer la gastronomía del país y siempre valorando la calidad y la cantidad de la comida para satisfacer nuestros gustos. Al personal de apoyo, por estar atento de la limpieza y comodidad de nuestra hospedería. También ha sido importante la labor del personal de sistemas, por facilitarnos la conexión telefónica con nuestras familias y la disponibilidad ante problemas técnicos. Igualmente a los guardas, quienes siempre han estado pendientes de nuestra seguridad.
Por último y no por ello menos importante, agradecemos al equipo directivo la buena acogida, la atención y amabilidad en estos dos meses. Finalmente a las Hermanas, por abrirnos las puertas de su casa y darnos la oportunidad de haber podido vivir esta bonita experiencia.

Sara Martínez y Rocío Román

Vivencias …Se puede estar contento con lo que se tiene y que no se necesita nada más. Maputo (Mozambique), Cebú (Filipinas)

maputo2Existe una tribu en África que en lugar de contar los años vividos desde que nacieron, cuentan los días que han sido felices durante su vida. Pues bien, me siento feliz de haber aumentado mi cuenta personal en 6 meses más desde que salí de casa.
Mi nombre es Xavi Velasco y he estado trabajando como voluntario con las hermanas por casi 6 meses. En primer lugar en Maputo, Mozambique, donde pasé tres meses, y después en CebuFilipinas, donde tuve la suerte de ser el primer voluntario español que pisaba estas tierras durante dos meses y medio. Ahora mismo estoy escribiendo esto desde la ciudad de Pasig, Manila, en la última semana de mi experiencia. 
Llegué aquí con la idea de cambiar el mundo. Tenía miles de cosas en mi mente, energía como para parar un tren, y unas ganas de ayudar y aprender que creo nunca había tenido, pero cuando llegas, todo es diferente. Nada de lo que me podía imaginar era lo mismo, no llegas a hacerte una idea de nada de lo que vas a ver o sentir, pero ahí está la gracia de todo esto, es lo que realmente hace que sea una experiencia inolvidable.
maputo3Un voluntariado de 6 meses, parece mucho tiempo, pero se me ha pasado volando. Cuando quise darme cuenta, ya estaba de vuelta a casa, y aun no era consciente de cuanto había aprendido por el camino. La gente, la comida, el clima, la rutina diaria… son sólo algunas de las cosas a las que tienes que acostumbrarte cuando estas tan lejos de casa. Así que tener la iniciativa e intentar hacer cosas, como por ejemplo aprender su idioma autóctono, no el oficial (que por cierto, es algo prácticamente imposible), es una buena idea para lograr adaptarse. A pesar de todo esto, en todo momento me he sentido como en casa, y eso ha sido gracias a las hermanas y a los trabajadores y trabajadoras de los centros donde he trabajado.
Más tarde me di cuenta de que he formado parte de una pequeña parte de sus vidas y que no puedo hacer del mundo un lugar mejor en dos días. He aprendido que se puede estar contento con lo que se tiene (que en estos casos suele ser poco), y que no se necesita nada más. Que lo que tienen lo comparten, y que los problemas que realmente tenemos nosotros no son nada en comparación con los de ellos. Y creo que aún hoy por hoy no soy consciente de todo lo que he aprendido durante estos meses.
Según los psicólogos, ayudar a los demás es un acto egoísta, porque se hace para sentirse mejor con uno mismo. No sé si esto es así, pero para mí, no hay nada en este mundo que me realice igual como persona, y no hay nada que me haga más feliz. Creo que no existe mejor manera de aprovechar el tiempo.
Por último, quisiera agradecer todo esto, que creerme, no es poco, a todas esas personas que han hecho que este sueño se hiciera realidad y no se convirtiese en una pesadilla, a la Fundación Benito Menni, a las hermanas y a la congregación. Khanimanbo Mozambique, salamat Filipinas, realmente habéis cambiado mi vida (espero que este año me dejen volver).

Mi experiencia en Cochabamba, Bolivia

Cochabamba1

Cochabamba ha significado aprender, compartir y respetar.

Cada una de las personas con las que me he cruzado en esta aventura han dejado su huellita en mi corazón. Miradas, gestos, y sobre todo sonrisas que te llegan al alma de la manera más humilde y que también, a veces, pueden resultar arrolladoras. Ver cómo personitas, tan frágiles, tan expuestas son capaces de luchar diariamente con todas sus fuerzas por algo que nos parece tan simple como respirar, comer, vivir,…

Y la bondad. Esa capacidad humana que nos lleva a ayudar a otras personas que se encuentran en situaciones desfavorecidas sin esperar nada más que su bienestar.

Hoy en día, en este mundo caótico, pararnos a escuchar, pararnos a estar. Estar ahí. Eso es lo que he visto aquí. Y de repente, el mundo se para con una sonrisa o un pequeño gesto de gratitud, de alegría….

Y te das cuenta de que lo que es realmente importante no entiende de tiempo, porque esos momentos fugaces te acompañarán para siempre.