– Que el corazón es mucho más fuerte que la tormenta mental, que prevalecen los sentimientos antes que los compromisos sociales.
– Que si te dedicas a ayudar sin esperar nada de nadie, ni reconocimiento alguno, de pronto el universo te regala momentos dulces y de gratitud inesperados.
La experiencia produce una impresión de misterio y entusiasmo, y como resultado, nos sentimos más vivos. Siento haber dado una gran parte de mi, llenándome de gratitud.
Esta experiencia ha sido para mí un gran salto de crecimiento para realizar el voluntariado de un modo más conocido, reconocer momentos naturales de crisis y felicidad.
(Un breve resumen de mi experiencia como voluntaria Internacional durante el mes de octubre en Ghana)
Beatriz L.