Centro de Rehabilitación Psicosocial de Mahotas (Mozambique).
Del 9 de julio al 7 de agosto
Esta experiencia me aportó un mayor conocimiento de mí mismo. Es interesante enfrentarte a nuevos retos donde casi todo lo que te rodea es nuevo y debes hacer frente a nuevas situaciones y conflictos haciendo uso de todos tus recursos personales.
El conocer una realidad dura de un país qué como muchos, a pesar de sus recursos naturales, más de la mitad de la población no tiene acceso a servicios básicos de salud, agua, alimento, etc. y para los que cada día es una supervivencia.
En relación a las actividades, tuve libertad para proponer diferentes talleres, adaptándome siempre a los escasos recursos con los que cuentan. Y relación con el personal, Hermanas, voluntarios en el centro de destino y otras personas del entorno
Con respecto a la interacción al personal y a las Hermanas, fue adecuada, destacando la gran hospitalidad de las Hermanas durante todo el periodo de voluntariado, favoreciendo en gran medida la adaptación del voluntario.
Las expectativas fueron acordes con la realidad que me encontré, siendo hospitalarios en la acogida y cercanos durante todo el voluntariado. La interacción con los compañeros y profesionales del centro fue también adecuada.
Una vez más ha sido un aprendizaje personal, un autoconocimiento más profundo de mis valores y personalidad, reforzado por el encuentro con personas de gran corazón, que han decido dedicar su vida a la ayuda de otras personas.
También, ha supuesto una reflexión sobre como la globalización crea un impacto en las sociedades y nuevas generaciones de un país, teniendo cómo modelos algunos valores que no van orientados hacia un crecimiento personal y emocional de la población. (Jacobo)